Hablo sola, y estoy loca. Y no hay una como yo, hay miles. Me identifico en facetas, tiempos y tempos, momentos en donde me enfoco y me provoco. Hay una apacible consolidación entre lo que tuve, deje ser y me equivoque, me perdono. Me doy cuenta que soy la provocación del arte, la aspiración de cualquier aspirante. Y tiempos en los que me reviento con la nada y me alejo a tres metros del espejo al no identificarme. Busco en la luna, sol, astros, y no logro encontrarme. En ese momento pierdo todo y todos, y recupero casi todo en cualquier pacífica tarde, y al cien suelto solo lo que no logra volver a interesarme. Soy una dualidad de paz y desenfoque, felicidad y tristeza. Una apática distraída, que a ley busca que la vida le sepa a fresa.