Una garra me aprieta el cuello
rasguñando mi garganta,
un nudo grande y abultado
me mantiene nerviosa.
Sin saber a ciencia cierta,
me parece que un lazo se rompió
dejándome caer en la duda,
en la maldita incertidumbre.
Quisiera atravesar el sendero
que cada noche hasta él me lleva
mas me siento cohibida
y las manos del temor me detienen.
Acostumbrada a su buen trato,
no quisiera sentir su frialdad
pues segura estoy que eso
provocaría algunas lágrimas.
Solo espero una señal, un guiño
que me haga saber que todo está bien
para que desaparezca de mi ser
la tortura que me está matando.
Anna Gutiérrez.