Tú, mitológica sirena
que con tú incomparable belleza
has dominado de todos los mares y océanos
que existe en este esplendoroso mundo;
también que obstruye tu mirada amena
cuando pasan los ocurrentes artesanos
atónitos de ver tu inexplicable belleza
y este aroma con olor a fresas frescas
me recuerdan esa caminata que juntábamos
nuestras desnudas manos
en esas playas extrañas y desoladas
que extrañamos juntos.
Tú, misteriosa ninfa
con tu celestial sonrisa
que resalta tu figura inhóspita
cuando esa aurora suspicaz
ilumina tu sabiduría templada y fugaz.
Tú, atractiva dríada
tienes unos desapacibles ojos
que son las más hermosas poesías
cuando se convierten cada vez más
en esas apasionadas melodías
que parecen en unas taciturnas noches
en aquellas estrellas fugaces
tan brillantes como esas luciérnagas resplandecientes
que tanto admiran los seres humanos.
Tú, mitológica sirena
que con tus dulces labios rojizos
tanto que parecen rubíes acaramelados
que contiene una irónica aroma
a tulipanes rosados
con una pizca de melocotones agrios
donde resalta tu inexplicable nobleza
que tiene un aroma a frambuesa.