Respirar de ella su cálido aliento
y oler su pecho de olorosa rosa.
Escuchar de su voz el suave acento
que tiene palpitar de mariposa.
Mirar sus labios a cada momento,
sentirla en mi pecho ardiente y mimosa.
Ella es la gloria de la vida mía.
Ella es la estrella que en mi alma confía.