Viniste de improviso cierto día
había neblina y mucho hielo
pero con tu mirada de cielo
llenaste la tarde de alegría.
Llegaste arrebatada como el viento
trayendo aromas y colores
sembraste sueños e ilusiones
trocaste mi tristeza en dulce sentimiento.
Alborotaste las sombras de mi camino
colmándolo de sonrisas y alegría
plantaste semillas de amor a porfía
abriste el sendero de mi destino.
Un día no previsto ni pensado
partiste prosiguiendo tu andanza
hacia sitios allá en lontananza
enterrando mi vida en el pasado.
Hoy desolado quiero enterarme
por qué viniste a mí
qué hice yo contra ti
para que vinieras a destruirme
El sol ya no brilla en el horizonte
las flores no tienen color
los días se quejan de dolor
y yo no sé cómo olvidarte.
Lima, 4 de agosto del 2020
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