Es que yo estaba buscándome.
Buscando el silencio, pared con pared,
dentro de toneles, demonios invadían
precariamente mi mente, y el espíritu,
rompía su oleaje impermeable, dique.
No sabía si lo hacía mejor o peor,
mas yo andaba buscándome, pared
frente a pared. Muros salían a mi paso:
sueños destruidos por las facciones resbalaban,
como lágrimas-.
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