Siento una tensión en mí, entre la necesidad de querer contar algo y el no tener nada que contar, pero claro, me viene a la mente la frase de Nietzsche “tenemos al arte para no morir de verdad” y pienso que a lo mejor me estoy dejando morir. A lo mejor me estoy conformando con sentir miedo y, a su vez, apagando mi hoguera gota a gota. Escuchando música que no me conmueve, viendo películas que podrían venderse en la sección de bollería del supermercado y no leyendo. A lo mejor me estoy atiborrando con los otros, para que ocupen el espacio que debería ocupar yo. A lo mejor nunca he ocupado mi propio espacio, es odioso solo poder usar la repetición de entre los miles de recursos literarios que hay. En fin, repetir, ser lo mismo, una y otra vez, ver como todo cambia mientras tú permaneces inmóvil, “inmóvil al borde del camino”.