Pervives en el sonido,
en la neblina, en la brisa,
en el beso, en la caricia
en la voz de mis amigos;
pervives como suspiro
de celestial armonía
en cada gota de vida,
de mi pecho, sus latidos;
pervives dentro de mí
como ese algo hecho de amor,
esas ganas de vivir
con plenitud y pasión:
pervives y soy feliz
dentro de mi como un Dios...