Me llena de orgullo y satisfacción
saber buscando al campechano rey
(ya fuera del alcance de la ley)
tranquilidad en su jubilación.
A sus ex súbditos, su ubicación
se nos oculta y si se encuentra okey;
me apuesto mis apéndices de buey
que veranea junto a Puchimón.
Por unas nimiedades se han largado
dejando al pueblo llano compungido,
en tanto su mayor delito ha sido
escabullirse habiéndose dejado
a Urdangarín y a un tal Junqueras solos
zampándose el marrón en sus chabolos.