Guerrero de antemano ya vencido
rehúyo combatir y ser soldado
hundido en mi trinchera acobardado
al verme ante la vida malherido.
Mis fuerzas de flaqueza se han rendido
y endeble me disipo consternado
después de comprobar que no he logrado
de lleno mi existencia haber vivido.
Abdica y capitula mi templanza
ardiendo en unos miedos que me pueden
quemándome por dentro con sus teas.
Afirma ser un mártir mi esperanza
y amargas deserciones me suceden
libertas de sus nudos y correas.