Cuando logramos la mar en calma
nos saltó el levante y
otra vez se nos amontonó
la arena tostada en remolinos.
Construirse los castillos en el aire
es lo que tiene,
que se esparcen volando en cuanto sopla
la más exigua ventolera,
y los mechones del pelo se te enredan
de bruma.
Luz De Gas