David Arthur

Pasión desatada

 

 

Selene, nuestro único testigo

al sentimos el calor de cada uno

bajo sábanas de doliente anhelo,

nuestros cuerpos en desnudez vestidos

 

Tu frente con mis labios  baptizé,

reflejado en tus ojos de misticismo,

la preciosidad de azabache,

la profundidad de la oscuridad

 

Quemados por tu beso ardiente,

mis labios aun más besos ansiaban,

nuestra pasión desatada

nuestra petrificada prudencia usurpó

 

De curiosidad tierna nuestras yemas

en expediciones de descubrimiento se aventuraron,

pasando por nuestros trópicos de Cáncer y Capricornio,

a través de  prados púbicos en busca

del punto de sublime éxtasis,

para nuestros líbidos impacientes encender

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