Me he vuelto adicta a ti,
a nuestras mañanas, tardes
y noches de intimidad,
nunca pensé necesitar más sexo después del sexo.
Me he vuelto adicta a tus palabras,
que me incitan a querer tocarme
sin importar el lugar,
siempre dispuesta a acabar.
Me he vuelto adicta a masturbarte la mente
con imágenes, llamadas, fotos, videos y letras,
a sacarte las ganas, a dejarte el recuerdo dormido
para despertarlo con un pequeño gemido.
Me he vuelto adicta a tus labios,
rojos y carnosos a medida de los míos
buscando con tu lengua saciar la sed
de tus demonios más perversos y tenerme a su merced.
Me he vuelto adicta a tu carne
viril, dura, jugosa y palpitante
a su leche explotando sobre tu vientre
a mí mirándolo ferviente.
Me volví adicta a tocarme,
apretar mis pechos,
hundir mis dedos a profundidad en mi sexo
deseando sea tu miembro erecto.
-luna de octubre