_mundopoetico_

Fuego y agua

Me quemaste,

Y en lugar de apagarme,

Dejaste que me consumiera,

Dejándome así en simples cenizas,

Que tú decidiste soplar,

Cenizas que quedaron en el aire flotando,

Y nadie hasta ahora ha decidido cogerlas.

 

Decías quererme,

Pero lo que hiciste fue destrozarme,

Y eso que yo sepa no es querer,

Ojalá aquella noche en la que el insomnio merodeaba,

Te hubieras cortado con mi zapato de cristal,

Así te habrías fijado en mi etiqueta:

“Cuidado, frágil”

Ahora ando con cristales en mi interior,

Cristales que tú no quisiste recoger.

 

Te di absolutamente todo lo mejor de mí,

Y lo que hiciste con ello fue despreciarlo,

Lo tiraste por la borda al azar,

Dejando que se ahogara en el mar,

Aquel donde residían miles de gritos de auxilio,

Gritos encerrados en botellas de vidrio,

Las cuales estaban empañadas por el agua de aquel mar salado,

Salado por las lágrimas que lo formaban.