Voy a hacer un experimento:
Dejo aquí dos versiones de una misma idea escritas con 7 meses de diferencia: un poema dedicado al padre y me gustaría que aquellos que los lean me dejen su opinión respecto de cuál de las dos versiones le gusta más. A ver qué resulta.
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LAS MANOS DE MI PADRE
I
Las manos de mi padre tenían
…no sé
algo de magia o de misterio
…tal vez.
Sus manos hacían cosas
para mis sueños de niño,
cuál de todas más hermosas,
las recuerdo con cariño:
caballito de madera
cuyo cuerpo delgadito
lo robamos calladitos
de la escoba de mamá;
y los barcos, los aviones
que hacía sólo él
con un trozo de papel
y dobleces misteriosos;
o mariposas, conejos,
mil figuras que danzaban
y que sus manos proyectaban
con la luz en la pared.
Las manos de mi padre tenían
…tal vez
algo de magia o de misterio
…no sé.
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LAS MANOS DE MI PADRE
II
Las manos de mi padre tenían
…no sé
algo de magia o de misterio
…tal vez.
Las manos de mi padre
eran fuertes trabajando,
como seda en las caricias;
de un titán por su tamaño,
dos palomas en el juego;
firmes, duras, sarmentosas,
las de un mago,
las de un hombre,
las de un dios.
Las manos de mi padre tenían
…tal vez
algo de magia o de misterio
…no sé.