Transida de dolor, de amor, de pena,
vaga la soledad muda y extraña,
vaga, desasistida y sin compaña,
solemne, reiterada y nazarena.
Noche de novilunio, tez morena,
cada vez más esquiva y más huraña,
huyendo de la sombra, su aledaña,
o hallándose a sus anchas, tan serena.
Disfórica, desciende a los infiernos,
-aislada introspección sin ataduras-,
a salvo de fenómenos externos;
eufórica se busca en las alturas:
el tiempo, sus apuntes y cuadernos,
y el grato discurrir de sus lecturas.
Gonzaleja