Alejandro

Colgante

Un minuto cuelga

-inútil-

deja que su suspiro

inunde la vida

y fluye en contra

de un millón de voluntades.

 

Mi patria sin bandera,

sin patria, sin frontera,

es el luego de tu voz

en que habita mi susurro.

 

Mis huellas son el eco

de tus caminos,

la soledad es una mujer celosa,

de verme deseoso de ti.

 

Mi horizonte es tu  mirada

y la mía busca tu escote,

y la bruma que genero

no te deja mirarme.

 

Un minuto colgó

-inútil-

dejó que su suspiro

inundara la vida

y fluyó en contra

de un millón de voluntades.

 

Quisiera ser

una de tus horas…