Un minuto cuelga
-inútil-
deja que su suspiro
inunde la vida
y fluye en contra
de un millón de voluntades.
Mi patria sin bandera,
sin patria, sin frontera,
es el luego de tu voz
en que habita mi susurro.
Mis huellas son el eco
de tus caminos,
la soledad es una mujer celosa,
de verme deseoso de ti.
Mi horizonte es tu mirada
y la mía busca tu escote,
y la bruma que genero
no te deja mirarme.
Un minuto colgó
-inútil-
dejó que su suspiro
inundara la vida
y fluyó en contra
de un millón de voluntades.
Quisiera ser
una de tus horas…