Un poema es un espejo,
confesión y herencia viva
para contemplar el alma
con la claridad del día,
libro abierto de memorias
que allende la fantasía
surca el mar de los secretos
que se besan en la vida.
Razón tenía Baudelaire...
en él, la propia alma es vista,
pues un mar es el poema
y esencia de un alma escrita,
deseosa de entregarse
a quien sus letras visita.