En cada esquina
Hay un asesino que espera
Serpientes enroscadas en los semáforos
Una niña que llora a la orilla de un volcán.
Voy apretando con las manos
El sudor de mis propios dedos.
La gente corre con el cerebro explotándole
La angustia mordiéndole la espalda
Huellas de sangre atraviesan la ciudad
Y no hay nadie que no tenga miedo.
Dentro de un maletín
Llevo mi almuerzo
Y mi revólver también.