DESDE LO ALTO
Ahora son escenas de un paisaje
sin nadie que contemple en el cortejo
a las aves o al sol en el paraje
de un claro azul mirándose al espejo.
Quedó un balcón vacío. Hubo un viaje
imprevisto y el sueño fue reflejo
de unos ojos añiles sin bagaje
por la ira de un zángano complejo.
Ahora el desayuno es una historia
sentados en las sillas con cobalto
y en las tardes el cielo hace memoria.
De las manos partieron por asalto
hacia un mundo tan cerca de la gloria
que a su mar lo disfrutan en lo alto.