Arquitectar el vuelo
cincelando el cambio
es abordar el día a día
sin fortuitos escandalos.
Tomar por las riendas
las bestias desatadas
de la sociedad,
es urdir la trama más audaz
para controlar su colcobear.
Ante la barbarie social
es imperativo domar
los relinchos animales.
En este corral
prohibido doblegarse,
bajar la mirada
y abstenerse.
Es menester vencer.
Definir el plan de viaje
para no perderse
en el bullicio de la selva,
en el alboroto de la gente
y volar alto y lejos,
sin obviar el venero,
el norte y sus riesgos,
hasta superar los muros
y aterrizar en los terrenos
de la libertad.