A veces me pregunto:
Por qué con tanto deterioro que uno ve cuando se pone viejo
Dios, nos concedió la vida con tracción a sangre.
Habrán tenido, en serio, la culpa Adán y Eva, no haber obedecido.
¡Mirá que una manzana disparar la decisión a tamaño suplicio!.
No es justo.
¡Después de tantos siglos seguir con tal castigo!.
Verse uno hecho bosta,
una pasa de higo,
un aparato inútil o un mueble ya vencido.
Una pila de gastos
una molestia atroz. Un desperdicio.
Y allí es donde lo afirmo:
Si el hombre fuera a nafta
con todo un recorrido,
quizá 80 añitos,
muy plenos, garantidos
y la vida, una meta donde llegar tranquilos.
¿Morir? : Un campeonato con la bandera a cuadros
colgando del recuerdo,
de fondo... en un clavito.