Tu taza de café cálida y sumisa
retiene tus labios todas las mañanas
ella sin quererlo los besa y suspira
cuando con tus labios, ciruelas maduras,
suavemente rozan su pétrea textura
Tú no te imaginas que a la boca abierta
de tu humilde taza envidia la mía
por ser solo ella quien besa tus labios
todas las mañanas con loca porfía
¡ay! como quisieran mis húmedos labios
como aquella taza cuando empieza el día
retener tu aliento en forma de besos
sentirlo y besarte con febril manía
Ángela Grigera Moreno
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