Rosa blanca de primavera,
tú me recuerdas la nieve caída en el invierno,
en las elevadas cumbres y en la verde pradera.
Tus inmaculados perfumes
al azul del cielo se elevan
como candorosas palomas
que portan la blancura en alas de inocencia.
Los apasionados labios
de las laboriosas y doradas abejas
besan tus blanquísimos pétalos
y tu albina luz en sus canastas se la llevan.
En las mañanas de san Juan,
cuando canta la filomena,
tus aromas vienen y van
por el camino azul de las estrellas.
Rosa blanca, entre tus inmaculadas sonrisas
quedan aherrojadas mis penas.
Aromas de nostalgia