Yamila Valenzuela

Perfume en el alma (álmicos)

 

 

 

Perdoné de alma y corazón las faltas

que llegaron de un sofístico querer

elevándose y ampliándose así mi alma

ungida y perfumada de rosas y clavel.

 

Busqué mi horizonte de sosiego esperado

donde la paz y el reposo encontré

abrazándome a una gran bonanza

de verdades que en mi interior hallé,

 

llegando a mí un céfiro primaveral y tierno

con sonidos profundos de amor y de sol

crepitando, y en incesante movimiento

con cada sonrisa, mirada y paso que doy.

 

Siguen los aromas perfumando mi alma

y el viento refrescando mi memoria

para que con vuelo de pájaros alcance la gloria

y ese inmenso cielo azul, donde mis sueños anclé.

 

Van mi fe y anhelos, caminando y creciendo

con el empuje e ímpetu de una marejada;

y mi musa que me ha abrazado, me ha dictado versos

que de seguro por siempre amaré.

 

Seguiré creyendo que el amor existe

y que abraza las almas con mucho calor

esas que respeto y honor a él rinden

con sentimiento albo y enternecedor.

 

Matar no es la cura para el dolor

Perdonar es lo que funciona.

 

Yamila.