No sé qué pesar ronda en mi cabeza
intento descifrar
qué pasa en mi cuerpo
que mas creo no soy…
Mi cabeza no calla y hace un ruido:
de “los mil demonios”
Trato de ordenar palabras,
enlazarlas para entender:
¡qué dicen!
¿cuál es su desespero?
Me angustia la situación de
no estar al mando de
estas sensaciones:
¡Son un tormento!
Trato de matar al tiempo escribiendo
versos aquí, allá y dejando textos
inconclusos…
La literatura me fulmina con
conceptos y no encuentro
cuál se acerca a mis emociones.
La soledad me arropa en medio de
tanta gente, de tanto ruido y
calor de hogar.
Palpitantes sensaciones me alertan
que estoy en peligro,
que debo protegerme
me blindo con dosis de píldoras mágicas
que me transportan a otro
escenario aterrador pero relajante:
¡Me angustia!
Me angustia el solo hecho de entender
que, algo está mal en mí y
engaño a mi agonía con distracciones
que no dan fruto.
Respiro profundo y el aire se torna
insuficiente y sufro,
sufro con el ataque de imágenes
aterradoras que pasan por mi mente,
grito un auxilio callado a mi
alrededor y
regreso a mi estado de
soledad y angustia.
A lo lejos el llorar de sirenas
se encargan
de llenar de incertidumbre
el comienzo de un nuevo día, pero
aún sigo aquí:
¡ viva!
envuelta en mi locura,
desánimo y confusión,
nadie más puede controlarme más
que el hablar conmigo misma y
alentarme a esperar que
todo pase y regrese la calma...