Joel Torres

SUEÑOS QUE NO ERAN SUEÑOS

Yo de niña soñaba con mi niño,

jugueteaba con hadas,

contaba mis sueños

a princesas encantadas.

 

Yo de niña sentía mariposas,

que vestida de blanco un día,

el príncipe de mis sueños

en un altar me desposaría.

 

Yo te soñaba sin conocerte 

en amarte hasta la muerte

y en entregarte un dia 

mi cálido amor adolescente.

 

Yo armonizaba en música, 

levitaba con canciones,

yo soñaba con gorriones

despertándonos por la mañana.

 

Yo soñaba que ambos en un solo latido

conoceríamos el amor y su verdor

y abrazados de nuestro verso,

moriríamos juntos al eclipsar el suspiro.

 

Yo soñaba que me bajabas la luna

para hacerla testigo de nuestra pasión,

que las estrellas serían

testigas de nuestro inicio.

 

Y cuando el reloj marco las dos,

después de mi inocencia,

me casé vestida de blanco,

sin saberme de blanco para el gentío.

 

Yo de grande me casé contigo,

caminé sobre alfombras  siderales,

me casé pensado en mis sueños,

en tus sueños y en los de los dos.

 

Yo de grande violé

el juramento de dios,

callé tanto, ame todo lo tuyo

y al fin de grande, me casé contigo.

 

Y así como soñé de niña,

de grande desperté

con la resaca de mis sueños

y la cefalea de mi suspiro.

 

Si de niña  soñaba con mi niño,

de un tiempo acá, ese niño

despertó al monstruo

que llevaba dentro.

 

Él despertó su rencor, su odio,

sus salvajes manías,

sus alardes bravucones

y me violó un día.

 

De un santiamén

me sacó del sueño

que soñaba de niña,

me hizo añicos la esperanza.

 

Me bajó la luna para

restregarme su hielo,

las estrellas para quemarme

con su cruel desamor.

 

El sol que un día me prometió

me lo reventó en el alma,

me quemó con palabras espinadas

y  desverdeció mi amor.

 

Y al fin un día decidí

escapar de tu desdicha,

con el único ser que me alumbraba

esos días de ensangrentada vida.

 

Esa  alma pequeña

hacia crecer valiente mi rebeldía,

opacaba tu sonrisa agreste

y coloreaba alegre la sonrisa mía.

 

Yo de grande aún soñaba

con ser por ti desposada,

pero ese príncipe despertó el ogro

que en su interior dormitaba.

 

Y en vez de sueños

que contigo soñaba,

me regalaste tus pesadillas

y el alma mia destrozada.

                                                             

© El Yarawix