¿Cómo querías que anticipara ese beso?
si después de tanto tiempo sigues andando por las calles despidiendo ese aroma de lo impredecible.
Quizá eso sea lo único que sabré con certeza de ti; aunque no puedo negar que es una de las cosas
con las que lograste ponerme en duda de si hoy desperté igual de cuerdo que como lo estaba ayer
justo antes de dormir, ¿es que me vuelves loco?
pero vaya uno a saber qué es lo que tengo que dar si quiero estar en tu corazón por toda la eternidad,
sólo sé que si mi cordura es el precio a pagar por entregarte a manos llenas mi existencia,
siempre voy a pensar que es un precio descomunalmente bajo...
o que si debo entregar las memorias de todas mis vidas pasadas,
me hace falta vivir unos 300 millones de otoños más y aún así, con seguridad,
quedó en deuda.