Alberto Diago

Inocente Seducción

I

Mirando de arriba a abajo

toda su anatomía

mi cerebro simplemente 

enloquecía... enloquecía. 

Y al tomar su mano

sin saber que le diría, 

ella simplemente

sonreía... sonreía.

 

II

Ella, al acariciar mis cabellos

... sin murmurar palabra, 

como por arte de magia

... me hipnotizaba.

Y yo pensaba cosas

que de otro modo no haría, 

con sus dedos... varitas mágicas

... me controlaba.

 

xE.C.