Prístino arrebol en fosas natales, mezclándose con humo, placentero a pesar de las sabidas advertencias. Medio vencido por tanta esfumadera, retomo la navegación subtitulada, ya que necesito en grado sumo hallar vocablos para decir esto que puja como fiebre en cuaresma.
Sólo encuentro espejos de naturaleza dudosa, colgando de árboles a mi izquierda, sin primavera donde balar, desvergonzado por cualquiera que torne y mire; más un mutis de aquelarres... de aquellos.
En fin, cuánto de lúdico y fantasmal puede darse cuando se va en utópico rumbo
sin más ambición que decirse por completo