Con el insulso esbozo de tu quebranto,
asalta mi núcleo un fragoso invierno.
Se torna mi entorno en tenebroso infierno
torpe al referir el germen de tu llanto.
Real que resulta el desgarro en el alma,
talud perpetuo que hospeda a mi dolor.
Dispongo el vallado que muestre el honor
codiciando iluso recobrar la calma.
No logro entender lamentable tortura,
sutil suplicio fustigando escondido.
Colapsando el afán absorto y dormido,
surge desafiante la promesa oscura.
La redención ansiada está cuesta arriba
y pantanoso se revela el sendero,
penoso conflicto a vencer con esmero
sin alteración al ganar la partida.
Mi vida yo diera por ver tu sonrisa,
ilustrada y persistente en tu semblante.
Sofocar la hoguera cruel y calcinante
con el consuelo de una plácida brisa.
Suplico una tregua para este calvario,
imploro el indulto por cualquier desliz.
Mi más grande anhelo es mirarte feliz
sin tener de por medio otro aniversario.
@MucioNacud ©