Tu fértil vientre
la tenaz puñalada acoge
La pequeña herida no sangra
se abre y contrae al ritmo que
el heridor impone
La cadencia por un instante
queda suspendida
No hay aire en los pulmones
Uñas en la espalda, rostro
en el cuello hundido y un
largo y profundo gemido hasta
quedar distendidos sobre el
lecho unidos
#PoetaUrbano