Rosita de Mendoza

En agosto...

Cada nuevo año

me enamoro en agosto

cuando florecen los almendros

Cuando el sol entibia

las tardes de invierno

Cuando la noche

retrasa su llegada

Cuando las golondrinas 

inician su retorno

Es justo cuando mi corazón

deja otra vez la puerta abierta.

Se me vuelve joven el alma

se tensa mi piel

sonríe mi cara

se sonrojan las mejillas

y se aceleran los latidos.

 

Me acompañan el arce japonés

que asoma sus ramas a mi ventana

varias palomas  y un gorrión

que fieles se quedaron en el frío estival

y celebran que en agosto

me he vuelto a enamorar.