jamunoz

ATARDECER

El tiempo transcurre a un ritmo muy lento o vertiginoso,

esto se experimenta cuando vivimos instantes de felicidad,

en aquellos momentos de ansiedad donde todo es silencioso,

allí nuestra vida pierde totalmente su propia identidad.

 

En algunas ocasiones anhelamos que llegue el atardecer,

porque esperamos con intensidad aquella mujer amada,

un pequeño susurro sacude el alma y nos hace estremecer,

penetramos la inmensidad y somos el núcleo de una llamarada.

 

La vida es de altibajos, está en función del instante que atravesamos,

un sin número de veces nos sentimos en el más precioso cielo,

pero hay instantes en los cuales deseamos ignorar en donde estamos,

todo en el entorno se oscurece y es más frío que el mismo hielo.

 

Disfrutemos aquellos momentos que hacen vibrar el corazón,

dejemos de lado los comentarios de la cruel sociedad,

pongamos de pantalla la espléndida y maravillosa razón,

llenemos todo el espíritu de plácido amor y saciedad.

 

Jaime Muñoz. Julio 1 de 2019