Lucy Quaglia

Enojos

Enojos desesperados

y que te hieren de pronto,

que asustan una y mil veces

sin quererlo en mi rezongo,

y que persiguen por siempre

sin saber lo que propongo

de pasar a alguna historia

que produzca la alegría

de poner contento al otro

mientras que alguno no olvida

lo que provoca el enojo.

Enojos muy calculados

que me sorprenden en todo

lo que hago, lo que escondo,

que me cubren sin pensarlo

todo el tiempo sobre el rostro

con situaciones extrañas

donde el que huye no cuenta

porque mi opinión no sirve

si es provocando pelea.

Canciones llenas de gracia,

de favores, de expresiones

que no sirven para mucho

si acariciás sin malicia

el muslo pesado y fuerte

de la pierna más cercana

de tu marido espantoso,

antipático, asqueroso,

y si eso no alcanzara

también feo y poderoso.