Hacer historia
Sustraernos de la historia,
de su ámbito concreto
y de su abstracta osadía,
es renunciar al progreso
a sus encantos y sinfonías.
Es como ir contra la saeta
y quedar clavado,
claudicando
y entregando la épica.
Hacer historia
es protagonizar la lucha,
es vivir una pasión
e insertarse en su parto,
hasta nacer la visión,
que nos libere,
nos identifique
y en medio de llantos,
epopeyas y cantos
nos de el gentilicio,
el esencial ejercicio
del compromiso