Reposa el sol entre las amapolas
coloreando atardeceres en el horizonte.
Los barquillos de mi pueblo se mecen
en la guitarra de aquél gitano
y en su salvaje pestañear
palpita el taconeo de mi gente.
Los suspiros son bulerías... son pasiones...
¡Ay mi Cai!... ¡Ay mi tacita de plata!
¡Tierra mía! ¡Tierra de mi alma!
Tu canto se ahoga en el sentimiento,
en las flores de tu ventana
se respiran los perfumes
que orgullosos hablan del arte
y de la historia más bella
con un beso sellada.
Y en esa orilla
donde el espíritu nace
la poesía embruja el alma del viajero
que camina por tus callejuelas
bebiendo tu vino... tu sangre...
Está la plaza repleta de abrazos,
brisas que quitan el sentio...
Es andar juntos el camino
sentir tu canto, tu hambre,
tus palmas al calor de la hoguera.
¡Ay piedrecitas del camino que leen mi suerte!
¡Ay sombra del árbol donde grabé tu nombre!
¡Y la fuente donde bebí!
¡Ay tu gracia niña entre volantes de ensueño!
¡Ay tierra mía!¡ Tierra de mi alma!
En cada esquina hay voces de mil poetas
recuerdos de mil soñadores
que como yo anduvieron por tus venas.
Aromas de hierbabuena y azahar
sembrados con gracia,
verde y blanca mi bandera
es mi sentir gaditano...
¡Ay tierra mía!... tierra de mi ansia y mi abrigar...
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