oscar perdomo marin

BASTA CON UN CAMASTRO

Oscar Perdomo Marín

 

Basta con un camastro

 

¡Vivir es tan fugaz!

 Pasamos los sesenta

 sin haber crecido.

 

La madurez es un minuto de lucidez

cuando logramos deslastrarnos de la carga.

 

Cierta vez con mi amada

descubrí que era importante

andar desnudo.

 Todo es cuestión de piel

 la arruga hace la diferencia

 por el tiempo perdido y los años vividos.

 

Basta con un camastro –dije- y una ventana

 para mirar la tarde caer.

Si la noche  llega –amor- es posible que veamos

 el nuevo día para hacer lo mismo

 que hacemos desde que comenzamos

 a pensar que envejecemos.

 

Derechos  reservados

(Caracas, 16 de abril de 1997)