La mujer que amo es:
como triza del firmamento
en mis manos carentes,
es chispa de sol ardiente
que guarece mi alma dormida.
La mujer que amo es:
un soplo de paz,
escudo antibalas,
liberación urgente
de grilletes inciertos.
La mujer que amo es:
surtidor de agua que refresca
a borbollones
el árido suelo
de un campo cultivado...
La mujer que amo es capaz:
de secar mis lágrimas
con su sonrisa
y provocar el llanto
con un voto de amor.
La mujer que amo:
más allá de la mirada,
más allá de lo elemental...
dibuja esperanzas,
convivencia serena,
mañanas fascinantes,
viajes estelares,
encuentros sublimes.
La mujer que amo:
en el más preciso instante
sólo con cerrar sus ojos,
dejarse llevar...
y llevarme con ella…
me hace transitar
por senderos de ensueño.
La mujer que yo amo:
provoca que mi alma
se eleve por los cielos
y encuentre la suya
esperando por mí;
con su hermosa sonrisa
y sus manos abiertas
para estrechar las mías...
embalsamando el amor.
La mujer que yo amo:
conoce mis temores,
mis deseos, mis miedos…
ella sabe de mi pena,
de mi dolor y de mi angustia.
La mujer que amo:
me sacó del letargo,
me mostró que en la Tierra
hay ángeles sin alas
que caminan a nuestro lado;
que velan por nosotros,
regentan nuestra dicha
y facilitan el camino
de una manera especial…
La mujer que yo amo:
aún invisible a mis ojos…
y tan concreta en mi corazón
que sin verla la veo,
sin tocarla la toco;
sin besarla la beso,
sin hacerle el amor
la siento dentro de mí...
como llama que me abrasa.
La mujer que yo amo
es presencia perenne,
regalo especial
y agradezco al Universo,
la oportunidad de encontrarla,
conocerla, disfrutarla, respetarla.