Me cuesta tanto, descansar mis párpados caídos.
Caídos por la erosión de los difíciles tiempos.
Tiempos hostiles, donde el descansar solo se está permitido, si es sobre un lecho de engaños, en sabanas de mentiras.
No puedo dormir…
He visto mucha tristeza, en los ojos de una extraña niña, y esta imagen se ha congelado en mis retinas. Se han transformado en una película, de título nunca jamás, donde aún inconsciente, puedo sentir su tristeza endureciendo mi semblante, pero no puedo llorar.
No puedo dormir…
Hoy he visto a un ser, que de lejos parecía una cosa plantada en el suelo. Invadida por la curiosidad, me acerque un poco más, y la cosa ya se asemejada a un animal.
Aún dudosa, sin confiar en mi percepción, me acerque unos centímetros más, cuando he podido certificar, que no se trataba de una cosa y tampoco era un animal. Solo era un hombre hambriento, que usaba cartones viejos por vestiduras, con unos pies sufridos rellenos por callos, en forma de historias imposibles de esconder, pero fáciles de fingir que nada hemos visto.
Me pregunte a mí misma, de forma retorica;
- ¿Cuantas huellas habrá dejado este hombre, sobre sus lágrimas y miserias?
Como puedo dormir…
El mundo se aploma como plomo, que en su elasticidad molecular, no explota, pero nos hace estañar.
Como flores perfectas, que llegan a las manos de depredadores inconscientes. Flores que luego serán desnudadas cobardemente de sus pétalos, por un tradicional capricho, donde uno busca el saber, si es querido, al despojar una majestuosa flor de sus vestimentas reales.
Como dormir, en un mundo donde cooperamos con la destrucción, de todo lo que es bueno, sin el permiso del que todo lo ha creado, y aun sabiéndolo, no somos capaces de decir;