¿Qué puedo concluir?
El viento sopla a tu favor.
Encontraste amor
donde existía temor.
A ti habló mi corazón,
te alejaste sin compasión.
No aceptaste las peripecias
de tan alta devoción.
Cobardía lúgubre en tus ojos,
lágrimas fingidas.
Que pueda el cielo iluminarte
y vuelva a saludarte,
entretanto yo intentaré
mitigar el estropicio
que en mi tu provocaste.