Mi soledad se ausenta,
tu sonrisa al crepúsculo la ahuyenta,
con el alba llega aleteando
en los cristales,
mas, tu aroma de mujer
se enreda entre mis sábanas,
y se queda atrapado en mis sueños.
Tu aroma de mujer, aroma indeleble,
aroma que inunda mis espacios,
exquisita fragancia raya en cada aurora,
aquel gemido ahoga mis angustias,
mirada perdida
que enciende las pasiones.
Aquí estás en cada suspiro,
bebiendo mi aliento,
alimentando mis anhelos,
resonando con la brisa,
acariciando mis pupilas,
con las curvas de tu amanecer.
Llegas con el viento,
con la luz, con la tiniebla,
con el silencio, con cada sonido,
con cada trinar,
con el néctar de los lirios,
llegas con mis sueños,
con el Rocío de la tarde,
Llegas, pero llegas,
y te quedas en mi aliento,
en mi sabor, en mis caricias,
te quedas en cada beso,
en cada susurro, estás atrapada.
Atrapada en tus deseos
de beber sorbo a sorbo
este amor que nos llena,
este amor que nos ata
con sus cadenas,
que nos atrapa en sus manos,
y nos condena a perpetuidad.
Y nos condena a la eterna felicidad.