Igual que un dominó de negro aspecto
mis fichas van cayendo paulatinas
luciendo al desplomarse, mortecinas,
figuras de un espíritu imperfecto.
Severo es el viajar de su trayecto
plagado de secuencias anodinas,
imágenes veraces y mezquinas
trenzadas por mi causa y por mi efecto.
Son fúnebres y amargos abanicos,
hileras de otras épocas pasadas
reflejos de mis fases claroscuras.
Destrozan mi persona en mil añicos
y afloran con verdades enlutadas
cubiertas de certezas inmaduras.