En la penumbra
de la temida noche,
cuando mi alma
se compunge
por el dolor
que los vientos atraen,
mi espíritu gime por mí
implorando y adorando
al Todopoderoso.
Cuando mi carne flaquea,
mi espíritu se fortalece
y me invita
a ver hacia el cielo,
entonces me doy cuenta
que el afán del dolor
trae más dolor
pero la confianza y la fe
son la llave que conduce
al corazón de Dios
y es cuando mi alma
y mi espíritu encuentran
reposo.
Milye Florian
Mga.070820
Foto: Fuente internet