No sabría decirte con exactitud
el resultado de la experiencia
que con mucha prontitud
ambos vivimos, pero aquí estoy,
yo tan sólo sé que hoy
te deseo con mucha más vehemencia.
No sé si acaso fueron tus besos
-aplacando con dulzura mis resabios-
los mejores para mí, pero esos
me los diste con pasión loca
y hoy no quiero otro sabor en mi boca
ni ardor más divino en mis labios.
No sé si verte ante mí desnuda
-visión que en mi mente acepto-
puede haber sido una ayuda
para reforzar mis sentimientos,
pero hoy de ti en mis pensamientos
tengo el mejor concepto.
Puedo verte donde quiera que estés,
no sé si el amor se me esconde
o si no es amor tal vez...
Yo sólo sé que te recuerdo ahora,
que igual que mi alma mi ser te añora
sin importar cuándo ni dónde.
No sé si el encuentro de ayer
lo que hizo fue sacarnos los frenos
para que nadie nos pueda detener,
pero hoy, que ha pasado sólo un día
extraño tu cuerpo reina mía
y la magia de tus senos...
De tus caricias infinitas...
de tu sonrisa de mujer feliz...
Tantas palabras sentidas y bonitas,
fuiste tan limpia, tan pura,
que lograste con tanta dulzura
arrancar mi tristeza de raíz.
La verdad no sé -¿cómo saberlo?-
aún no lo he descubierto,
si tu cuerpo cuando pude poseerlo
se volvió esperanza en mis manos,
si mis sueños ya no son vanos
y estoy añorando algo cierto.
Quisiera saber si esto que vivimos,
esto que juntos apenas ayer pasamos,
si tantos besos que nos dimos
harán perenne en mí tu huella,
si te extraño porque te quiero, bella,
si te deseo porque te amo.
No sé si por estar
en ti mis pensamientos presos,
pueda desde hoy cambiar
porque alguien como tú exista
y agarrar como todo egoísta
sólo para mí tus besos.
No sé si precisamente tus besos
-haciéndome olvidar mis fracasos-
fueron lo mejor para mí, pero esos
me los diste con pasión loca;
¡hoy no quiero otro sabor en mi boca
ni otro cuerpo en mis brazos!