Las soleadas calles
con pequeñas tiendas,
la gente que pasa
y el auto que llega,
el viento que silba
por las azoteas.
El árbol parece
maraca de estrellas,
el cielo es un gorro
de inmensa cabeza,
cabeza que gira,
y girando sueña.
¡Oh tarde, mi espíritu
comprender tu esencia,
quiere con sincero
afán de poeta!