Leomaria Mendes

Solo me falta ponerle nombre…

Me ducho, me visto y me maquilló en el mínimo, para lograr un aspecto pulcro.

Ahora solo falta el perfume. Miro por todo el armario, y no encuentro ningún aroma que me represente, en este renovado e dichoso día.

Inconformada, en prontitud  a componer un perfume, a la medida de mi sentir. Primero habría de hallar los ingredientes necesarios, para un aroma singular.

Busqué la paz, que había guardado dentro de mí misma, cerré los ojos y elevé mis pensamientos, al rincón mas creativo escondido en mi ser.

Una vez adentro en mis memorias, empecé a coger los ingredientes necesarios, para la elaboración de tal obra de arte.

Con la ayuda de mi alma y espíritu, entre todo el disponible, escogí tan solo diez componentes:

- Una goma, para borrar todo el rencor acumulado.

- Una tirita de doble adhesivo, para curar las heridas aún abiertas.

- Una porción de azúcar, para endulzar la amargura.

- Tierra fresca, para tapar los agujeros, hechos por mantener la cabeza enterrada.

- Plumas de águila, para volar por encima de las tempestades.

- Espada en palabra de valentía, para enfrentar cualquier lucha inesperada.

- Lágrimas sinceras, para empatizar con todo mi entorno sin mirar, hasta el otro lado.

- Humildad, para derribar toda la arrogancia, que se esconda dentro de en mí.

- Un hombro de repuesto, para siempre tener un hombro más, a quien necesite llorar.

- Amor.

Prepare toda la mezcla y con ayudas en el sobrenatural, el perfume tomo cuerpo.

Ahora solo me falta ponerle nombre…