Me enamoré de ti, con esa figura cuando tenías veinte;
Ahora que tienes cuarenta y tu figura ha estado cambiando, aún así te amo.
A tus cincuenta empezaran a aparecer las marcas de la edad; empiezan a denotar las arrugas, quizas una que otra cana, qué indicaran la sabiduría que te ha dado la vida. Y aún así te amaré más.
Se notarán esas pequeñas expresiones que en tu rostro denota que eres una mujer de experiencia, una dama sabia, una señora que ha luchado en la vida para poder seguir, y tener un lugar en la sociedad. Y mientras yo, te amaré con todo mi ser.
Pues todo esto, sigues siendo tú: sabia, valerosa, virtuosa; pues créeme que no le pides nada a una de veinte, pues tienes todo lo que un hombre necesita.
Paz y calma hay en nuestro lecho, pues tú lo has traído con años de estar a mi lado, y no una noche de desventura.