Sí, me resulta muy complicado a veces equilibrar las alegrías y la honda nostalgia cuando te pienso.
Quizás yo debí aprovechar absolutamente tus inmensos instantes, tu tiempo, tu consagrada dedicación al pueblo y absorberte más con toda mi alma.
Quizás yo debí madurar más políticamente a la par de tus diarias enseñanzas.
Quizás porque tu viajar a la estrella cumbre, fue tempranamente para quienes aún nos sentimos demasiado protegidos y a veces infalibles.
Quizás tantos quizás que me pierdo e intento hallar el párrafo del discurso en que no pude entender que ya era tiempo de caminar solos, de dar pasos absolutamente conscientes de éste día.
Y hasta quizás como no debí hacer, dejé libros abiertos con tantas fotos tuyas que no sólo a mí me pertenecían.
En sano egoísmo te quise retener sin compartirte.
Y héme aquí, tratando de entender cómo puedo emocionarme si me hago de tus cosas y las aprieto contra mi pecho y en ese mismo instante el reverso, un dolor profundo.
Quizás porque ya me gasté las demasiadas alegrías de éste siglo y es urgente estacionarme medio siglo más en tu voz, en tus consejos y en tu visión, para no extrañarte, para no necesitarte tanto!
La Habana, Cuba.
13-08-2020
Isis Marilys Alvarez Silva