No sabes cómo siento que tu goce se haya secado
como las hojas de otoño que solo crujen al pasar
un día fuiste el fruto fresco que toco mis labios
y ahora... te escondes, arremolinado para no mirar.
No quisiera mirar atrás, pero es imposible
cada día, cada hora, cada segundo saboreando
las caricias ansiosas, para extasiar mi piel febril
ansiosas de gozar y extraer hasta el último aliento.
Quisiera olvidar, lo que nunca he vivido
pero han quedado marcas que muerden el tiempo
desfallecen pálidas ante una nueva aventura
que es rechazada por la nostalgia de tu recuerdo
Porque nadie, podrá depositar tu beso en mis labios
porque nadie podrá manchar tus frías memorias
hubiera querido arrancarte la piel en mis noches
hubiera querido morderte la vida y dejarte una historia.
Hubiera querido que gritaras con ansias mentirosas
hubiera querido consolar tus gritos ciegos
hubiera querido lavar tus pies el último día
hubiera querido, bajarte la luna por última vez
Hubiera querido que no te secaras en vida
hubiera querido sentir tan sólo una caricia
que me pudiera traer, bajo mi lánguida piel
imaginé muchos besos fogosos que nunca probé.
No sabes cómo siento que no hayas amado
que intentaste poco, en tu mundo ciego
en la cólera que se envolvieron tus brazos
ahora no estás, y siento tu aliento tan cerca.
No sabes cómo siento dolor y lágrimas
dolor que no demuestro, lágrimas que ya no verás
me mordía los labios de pasión perdida
mi cuerpo pedía lo que nunca me darás.
Fueron tantos años, no obtuve ni un beso
dacias palabras hermosas sólo a la distancia
mientras frente a frente, sólo lacerabas
no sabes lo que siento, ahora que no estas.
No te preocupes amor, que no fuiste mío
en una loza fría escribiré un epitafio
“Aquí yace un hombre que se llevó los besos
que nunca en vida aprendió a brindar”
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